A menos de tres meses de las elecciones nacionales, un grupo de vicegobernadores de distintas provincias comenzó a coordinar acciones para frenar la expansión de La Libertad Avanza (LLA) en sus territorios. El objetivo: fortalecer la presencia de los oficialismos locales y evitar que el armado de Javier Milei capitalice el descontento social.
La movida incluye reuniones, intercambio de información y un seguimiento detallado de los distritos donde el voto libertario podría crecer en octubre. Los vicegobernadores consideran que, en un escenario de alta polarización y desgaste de los partidos tradicionales, es clave sostener la estructura política territorial para garantizar gobernabilidad.
Según fuentes cercanas a las negociaciones, las provincias del norte y el litoral concentran gran parte de la preocupación. En algunas, el oficialismo teme perder bancas clave en el Congreso y en las legislaturas locales si LLA repite o supera el rendimiento que tuvo en elecciones previas.
El plan no solo apunta a reforzar las campañas provinciales, sino también a impulsar mensajes unificados que contrasten con el discurso del oficialismo nacional. “Hay que explicar lo que está en juego: la defensa de la producción, del empleo y de los recursos de cada provincia”, señaló uno de los vicegobernadores que participa de las reuniones.
En paralelo, los armadores provinciales buscan alianzas con intendentes y referentes sociales para fortalecer el contacto directo con los votantes, priorizando temas concretos como obras públicas, educación y salud.
La estrategia, que se pondrá a prueba en las semanas previas a los comicios, será determinante para medir si el avance libertario puede frenarse en territorios donde históricamente el peso del peronismo, radicalismo y partidos provinciales ha sido decisivo.