El cierre de listas para las elecciones de octubre dejó una sorpresa para el sindicalismo peronista: consiguieron ubicarse con cinco candidatos de extracción gremial en lugares expectables dentro de la boleta bonaerense —eran tres inicialmente—, lo que les permitiría conservar las 10 bancas actuales en Diputados.
Entre los postulados, se destacan figuras como:
-
Sergio Palazzo (bancarios),
-
Vanesa Siley (judiciales),
-
Hugo Yasky (CTA),
que renuevan sus mandatos el 10 de diciembre.
También quedaron incluidos Hugo Antonio Moyano, propuesto por la CGT, y Pablo Carro desde la CTA Córdoba.
Este resultado deja al sindicalismo todavía lejos de aquel peso histórico del Congreso: entre 1973 y 1976 llegaron a tener hasta 39 diputados sindicales. Desde entonces, su representación se redujo sucesivamente: 23 (1983–1993), 17 (1993–2003), 13 (2003–2011), 12 (2011–2019), y 10 desde 2019.
Pese a las negociaciones internas entre Kicillof, Cristina Kirchner y Sergio Massa para definir el armado bonaerense —donde cada uno tenía influencia en ciertos cupos—, los gremialistas lograron asegurarse más lugares de los proyectados originalmente.
Con estos avances, el sindicalismo apunta a “dar batalla” en el Congreso para preservar su espacio y su capacidad de influencia en temas laborales en la próxima legislatura.